Identificación
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El macho tiene la cabeza verde azulada, pico amarillo, pecho pardo o castaño, collar blanco, cuerpo gris y popa negra. La hembra de colores más apagados en pardo oscuro, se parece a otros patos (sobre todo al ánade friso), pero su mayor tamaño, el color anaranjado y oscuro en el pico y el espejuelo azul y blanco son característicos. Ambos sexos tienen espejuelos azul-morado.
En la época de cría la hembra pone de 3-12 huevos que eclosionarán al cabo de 15-27 días, la hembra cuida a sus crías en solitario. La cría es amarilla y marrón a manchas. Son casi independientes desde el primer día, se alimentan solos y en sólo 2-3 meses ya están totalmente preparados para volar.
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Habitat
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Habita todo tipo de humedales (naturales o artificiales) independientemente de su extensión, profundidad y grado de humanización. Nidifica alejado de las zonas húmedas, en cultivos o baldíos. También puede criar en árboles. Ocupa perfectamente cauces fluviales.
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Comportamiento
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Es un ave muy gregaria, bastante arisca y desconfiada, que raramente permite el acercamiento a corta distancia, siendo normalmente el primer pato que huye ante la presencia humana. Se agrupa para sestear durante el día y por la noche se desplaza a los comederos. Su gran capacidad de adaptación y aprovechamiento de distintas fuentes de alimentos son las razones de su numerosa población, que crece cada año.
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Modalidad de caza
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El azulón no tiene caza especial, pero se le busca en los arroyos afluentes de algún lago o laguna, donde a menudo suele saltar ante la muestra del perro. Aparte de de las tiradas en las lagunas, la manera más segura de cazarlo es al aguardo, de madrugada o la caída de la tarde a fin de aprovechar la entrada o salida de esta variedad de ave acuática que allí van a pasar el día, si se quiere cimbeles hay que emplazarlos antes del amanecer.
En la caza de los azulones es aconsejable emplear como cimbel el llamado pato “mignon”. Su aspecto y reclamo son parecidos, razón por la cual los atrae fácilmente; para evitar que una vez en el agua levante el vuelo y consiga escapar, se le traban las alas. En los cañaverales que bordean las lagunas, en ríos poblados de carrizos y en los aguazales de las marismas, nada se hará si no se dispone de barcas sin quilla y de un perro, especializado que vaya por delante examinando las orillas, marjales y lugares afines, para levantar a los patos. Es el azulón, el ánade más difícil de cazar, sobre todo en el rigor del invierno, y más si están fogueados; porque entonces van a sus querencias, recelosos y espantadizos, describiendo grandes círculos cuyo diámetro disminuye a medida que se van tranquilizando cuando no ven a cazador.
Por eso hay que ocultarse de estos ánades, más que de las otras especies. También se le puede tirar al paso en las lagunas con una preparación especial. Un buen ejemplo son las tiradas a patos de la Albufera de Valencia. Aunque la manera más fácil de cazar azulones es de madrugada o la caída de la tarde a fin de aprovechar la entrada o salida de esta variedad de ánades que allí van a pasar el día. Si se quiere utilizar cimbeles, hay que emplazarlos antes del amanecer. Es el ánade más difícil de cazar, sobre todo en el rigor del invierno, y más si están fogueados; porque entonces van a sus querencias, recelosos y espantadizos, describiendo grandes círculos cuyo diámetro disminuye a medida que se van tranquilizando cuando no ven al cazador alguno.
El cazador debe permanecer más oculto para la caza de estos ánades que para cualquier otra especie y aguantar sin moverse. Al ser gregarios están más fogueados que los migratorios, y al volver a sus querencias, recelosos describirán grandes círculos de observación en su vuelo cuyo diámetro disminuye conforme se tranquiliza al no divisar ningún cazador. Entonces descienden poco a poco hasta el agua, y será cuando los tenga más cerca cuando que el cazador hará uso, con la mayor calma posible, de su escopeta para conseguir si puede un doblete.
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Armas
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Dada la gran resistencia de estas aves, hay que emplear escopetas potentes y de muy fuerte choke . El calibre más indicado es el número 12. Para la caza en puesto se emplean el calibre 10, y hasta el 8, de largos cañones, comúnmente denominadas "escopetas pateras".
En cambio, para las tiradas, dado las veces que inesperadamente hay que tirar por segunda vez, la escopeta más adecuada es la automática de cinco tiros, pues con ella se pueden colocar fácilmente los cinco disparos en una bandada y abatir seis o siete piezas.
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